Los boxes del equipo Sauber eran una fiesta tras el tercer puesto del piloto alemán Nico Hülkenberg en el Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1, algo que debió hacer disfrutar a los directivos de Audi ante las perspectivas de su proyecto conjunto con la escudería suiza.
Hülkenberg estaba empapado y bebía champán para celebrar su podio en Silverstone, mientras en casa su hija Noemi Sky, de tres años, lo vitoreaba frente al televisor. "Es bueno que ahora tengamos dos semanas para celebrar esto antes de volver a competir", dijo el piloto germano, de 37 años.
A su alrededor, los mecánicos e invitados presentes en el box coreaban repetidamente "Nico 'is on fire'!" al ritmo del éxito discotequero "Freed from Desire".
El hecho de que el piloto alemán lograra terminar tercero y subir al podio por primera vez después de 15 años y 239 carreras en la Fórmula 1 desató el espectáculo bajo la lluvia. El equipo Sauber conseguió su último podio en 2012, con el piloto japonés Kamui Kobayashi.
"Es mucho para procesar. Necesitaré unos días", dijo Hülkenberg, tras poner fin a su racha de Grandes Premios sin terminar entre los tres primeros. El periódico suizo "Tages-Anzeiger" la describió como "la carrera de su vida".
Al veterano piloto no le molestó que el trofeo que recibió en Silverstone estuviera confeccionado con piezas de Lego. "No me voy a quejar. Me encanta Lego. Y mi hija también puede jugar con él", dijo.
En un momento de tranquilidad al margen de la fiesta del equipo, Hülkenberg también recibió los elogios de Mattia Binotto. El máximo responsable de Sauber lidera el proyecto de Fórmula 1 para el futuro equipo oficial de Audi y agradeció al piloto la inyección de moral.
"Las cosas están avanzando, estamos progresando, sumando puntos. La gente viene a la fábrica con una sonrisa", comentó el italiano, quien no tomó su vuelo de regreso para poder estar presente en la celebración.
El director del equipo, Jonathan Wheatley, acudió a la sesión improvisada de preguntas y respuestas con los medios con un puro y una sonrisa. "La gente está empezando a creer en nosotros. Estamos ganando impulso", dijo el directivo, de 58 años, quien lleva en el cargo desde abril.
A mitad de la última temporada antes de la importante reforma del reglamento, Wheatley puede presentar un balance provisional positivo. En las últimas cuatro carreras, Sauber incluso ha sumado más puntos que Red Bull, ahora es sexto en la clasificación de constructores y pronto podría superar a Williams.
"Todavía tenemos un largo camino por recorrer para llegar a donde necesitamos estar", afirmó. "Este es un gran paso adelante", dijo Wheatley, pensando en su etapa como equipo oficial de Audi, que comenzará en la temporada 2026.
Con la impresionante actuación de Hülkenberg, que salió desde el último puesto de la parrilla para llegar hasta posiciones de podio en Silverstone, Sauber también puede ver su elección del piloto alemán como una ayuda en el proceso de desarrollo.
Desde su debut con Williams en 2010, Hülkenberg, hijo de un transportista, cambió de equipo ocho veces. A pesar de su rendimiento consistente y fiable, nunca llegó a uno de los equipos de élite y, ocasionalmente, trabajó como comentarista de televisión.
Hülkenberg lleva mucho tiempo apodado "Hulk", en referencia al personaje de cómic, y es bastante popular en el "paddock". Al parecer, todos querían felicitarlo por su carrera en Silverstone. Mercedes y Aston Martin incluso proporcionaron algunas botellas de champán para las celebraciones, porque, al parecer, nadie en Sauber estaba preparado para algo así.
Incluso su amigo Max Verstappen se tragó la frustración por el quinto puesto obtenido y la posibilidad, aparentemente ya perdida, de un quinto título consecutivo, y celebró el podio de Hülkenberg.
En la vuelta de enfriamiento, la superestrella de Red Bull levantó el puño en señal de celebración por el alemán. Incluso pospuso la salida de su avión privado para poder llevar a Hülkenberg de vuelta a su casa, en Mónaco, tal y como le había prometido. (F/ Silverstone (Reino Unido)/dpa)
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